De repente yo era su travesti
Soy el más joven de la familia. Mi hermana y mi hermano son mayores. Siempre tuvimos una buena conexión entre nosotros. Al ser el más joven, podía salirse con la suya en casi todo y pedir cualquier cosa. Además, era y soy una persona muy curiosa. La curiosidad hizo que mi hermano me convirtiera en su propio travesti/secreto.
Todo empezó cuando quise saber qué significaba exactamente gay. Tenía una idea de lo que podía ser. Pero eso es todo. Como tenía una buena conexión con mi hermano, decidí preguntarle a él, ya que estaba seguro de que lo sabría.
Poco a poco, se convirtió en un mariquita
Esperé un buen momento y cuando nos quedamos solos en casa, decidí acercarme a él. Recuerdo que me miró y me dijo que era difícil de explicar y que si realmente quería saberlo. Le aseguré que quería saberlo. Entonces se limitó a decir que era relativamente difícil de explicar, pero relativamente fácil de demostrar. Si quería verlo. Curioso como soy, le dije que me gustaría verlo.
Entonces se puso de pie y primero se quitó los pantalones. Inmediatamente vi que tenía la polla dura y húmeda. Entonces me pidió que me desnudara, lo que hice. En el proceso, también me he endurecido. Me miró y cogió mi mano y la llevó a su polla y me pidió que la pajeara. Me encantó de inmediato y lo masturbé cada vez más rápido. Luego descargó sobre mi mano sin avisar. Recuerdo lo caliente que se sentía su esperma caliente y fresco. Luego quise limpiarla, pero me dijo que me masturbara con su semen en la mano, que también me sentía mega cachonda. Cuando terminamos, quiso saber si lo había disfrutado y si quería volver a hacerlo. Dije que sí sin dudarlo.
Después de eso, tuvimos citas para masturbarnos juntos, siempre en cuanto estábamos solos en casa. En algún momento me preguntó si también le haría una mamada. Ya había jugado con la idea varias veces, pero nunca me había atrevido. Por lo tanto, dije que sí sin dudarlo.
Con la ropa interior de mi hermana me hizo un marica
Antes de que pudiera empezar, dijo que le encantaría que llevara la ropa interior de nuestra hermana. Esto me asombró un poco, pero acepté y fui a la habitación de nuestra hermana y abrí su armario.
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En ese momento ya tenía tangas de encaje y sujetadores a juego. Rebusqué un poco en su colección y me di cuenta de lo cachondo que me ponía. Entonces decidí ponerme un tanga de raso negro y un sujetador. Todavía hoy recuerdo lo que sentí. El momento fue mágico. Volví a la habitación de mi hermano y me presenté ante él.
Estaba tan cachondo que me hizo arrodillar y me folló la garganta. Me encantaba sentir su dura polla. Entonces disparó toda su carga en mi boca sin previo aviso y me la tragué obedientemente. Después le lamí la polla hasta dejarla limpia. A partir de esa fecha, siempre llevaba ropa interior de mujer cuando teníamos relaciones sexuales. Definitivamente me hizo su mariquita.
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