La isla de vacaciones Mallorca y el sexo de pago
Las vacaciones y la prostitución suelen ir de la mano. En la popular isla de vacaciones de Mallorca, muchos hombres -atados o no- salen a buscar sexo en Mallorca con damas en venta. Según informaciones no confirmadas de un grupo de trabajo, se dice que 100.000 hombres también mantienen relaciones sexuales en Mallorca al año entre Ballermann y la Serra de Tramuntana.
El sexo en Mallorca es un negocio millonario
Año tras año, las ventas con el sexo alcanzan los millones de euros. La isla balear no es una excepción. Por el sexo en Mallorca, los clientes gastan 50 millones de euros cada año, que acaban en los bolsillos de las mujeres -o de sus proxenetas- de la bolsa de los veraneantes.
El sexo en Mallorca no tiene lugar en callejones oscuros ni en vehículos destartalados. Cada vez son más los clientes que se reúnen con las mujeres en sus pisos particulares o en los hoteles. Especialmente en el municipio de Calvià, hay muchos pisos de prostitutas que están disponibles para tener sexo en Mallorca.
El Gobierno quiere evitar la explotación de las prostitutas
Los pretendientes rara vez piensan en las condiciones de vida de las mujeres cuando tienen sexo en Mallorca. Quieren su placer y un buen recuerdo de las vacaciones. El número de putas en las Islas Baleares aumenta de 600 a casi 2.500 durante la temporada de vacaciones. La mayoría de ellas no son españolas, sino mujeres inmigrantes.
El Gobierno de las Islas Baleares ha elaborado un plan regional para los próximos cuatro años. Con los fondos, que ascienden a 2,8 millones de euros, quieren facilitar que las mujeres abandonen la prostitución.
Lo que cada individuo puede hacer
Básicamente, no debería ser sólo tarea del gobierno ayudar a las mujeres. La prostitución está muy extendida y no queremos señalar con el dedo la moral. Aquellos a los que les gusta buscar damas venales para tener sexo en Mallorca, mejor que piensen bien cómo lo hacen. Los veraneantes que quieren gastar mucho dinero en unas bonitas vacaciones y pagar por el sexo tampoco deberían invertir cada céntimo dos veces aquí.
Los pretendientes que pagan un buen precio por su placer pueden esperar que la dama reciba un buen salario por sus servicios. Esto no es una garantía, por supuesto, pero cuando el placer y el sentido común están involucrados al mismo tiempo, el placer y la responsabilidad social entran en juego en igual medida.
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