Besarse en el puff- Cómo es posible
Casi ningún otro gesto expresa tanta ternura como un beso. Cuando el deseo de este intercambio íntimo surge durante una visita al burdel, hay algunas cosas que debes tener en cuenta. El mero hecho de que se plantee la pregunta sobre los besos en un burdel puede parecer sorprendente a primera vista. Sin embargo, es una cuestión que debe abordarse en primer lugar, y que los clientes de los burdeles sí pueden tratar hoy en día.
La razón es que la suposición generalizada de que las prostitutas no suelen intercambiar besos está desfasada. Aunque esto sigue siendo frecuente, ya no es un principio estricto en la zona roja.
4 datos y reglas para una gran experiencia como punter
Aquí puedes conocer al detalle las normas que hay que respetar a la hora de besarse en un burdel
Dato 1: La consensualidad es la máxima prioridad a la hora de besarse en un burdel
Antes de empezar a besar en un burdel, es fundamental que estés de acuerdo con el proveedor del servicio. La comunicación sobre los límites y preferencias personales crea una base respetuosa y garantiza que ambas partes se sientan cómodas. También puede ser simple comunicación. Lo más sensato es preguntar a las señoras del burdel por sus normas. Además de los límites personales de las damas, también influyen las normas del establecimiento en cuestión.
La combinación de todas estas especificaciones muestra entonces qué formas de juegos sexuales e intimidad son posibles. Al final, muchas señoras también deciden según su simpatía y estado de ánimo. Así que si buscas un poco más de cercanía y ternura, debes presentarte en consecuencia y no limitarte a exigir servicios. Es importante que ambas partes garanticen la claridad.
Hecho 2: La higiene es esencial
La higiene es un aspecto clave de los besos en un burdel y tampoco debe subestimarse en el barrio rojo. Siempre es mejor asegurarse de estar limpio y fresco. El objetivo es garantizar una experiencia agradable para ambas partes y crear una especie de atmósfera de bienestar. Y ten en cuenta que la higiene suele ser muy importante a lo largo de toda la vida.
Como cliente, no debe subestimar el hecho de que determinados olores o fragancias pueden resultar penetrantes o incluso desagradables. Por ello, es aconsejable utilizar un colutorio fresco o, mejor aún, cepillarse los dientes antes de la visita. Los fumadores también pueden dejar de fumar justo antes de visitar un burdel. Especialmente si tu objetivo es besarte en un burdel.
Hecho 3: La naturalidad es la clave para besar en un burdel
Los besos suelen surgir de emociones auténticas y son algo natural. Cuando el momento es propicio, casi nadie puede resistirse a un beso caliente. Pero, ¿cómo se produce el beso en un burdel, donde suele haber menos ternura? La forma más fácil para el pretendiente de conseguir un beso es acercarse a la dama y pedírselo expresamente.
También en este caso es importante que el cliente conozca y acepte las normas y costumbres del burdel en cuestión. Así que si el límite es que besarse en un burdel está fuera de lugar para una u otra señora, esto debería respetarse. Los servicios sexuales y los besos en un burdel nunca pueden ser forzados y nunca pueden tener lugar contra la voluntad de las damas. Cualquiera que viole este principio puede esperar consecuencias suficientes.
Hecho 4: Besar puede ser un servicio adicional
En algunos establecimientos, besarse en un burdel se considera un servicio aparte. Esto lleva asociados unos costes adicionales, que pueden variar en función de la oferta. Algunas mujeres reservan los besos para sus parejas estables. Pero si tiene suerte, podrá disfrutar de besos en el cuerpo o en la mejilla como punter, sin coste adicional.
Para evitar malentendidos, los deseos concretos deben discutirse siempre abiertamente de antemano. Es esencial aclarar los límites. Por ejemplo, si una prostituta decide no ofrecer besos por motivos personales, hay que respetarlo. El respeto del cliente y el reconocimiento de las decisiones individuales de los proveedores ayudan a tener una experiencia cachonda de un modo u otro.
Un beso en un burdel exige respeto por todas partes
Hay muchas razones por las que algunas señoras no quieren besar a sus clientes. Pueden temer que se desarrolle un vínculo emocional. Tampoco es descartable que se revelen los sentimientos del cliente al besarse en un burdel. A veces simplemente no encaja desde un punto de vista humano.
Independientemente de la razón por la que algunas señoras no ofrecen besos en los burdeles, siempre es importante tratarse con respeto. O acuerdas un pequeño pago extra o aceptas los límites de las trabajadoras del burdel. En general, besarse sigue siendo algo tan íntimo que no debe precipitarse ni forzarse.
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