Me mojo pensando en mi primer casting erótico
Hola, me llamo Julia y soy una chica de mente abierta para la que el erotismo siempre ha jugado un papel importante. Por mi aspecto, me encuentro muy guapa, y con mis curvas nunca he tenido problemas para conocer hombres. Especialmente para no meterla en la cama. Nunca he sido un niño de la tristeza y cuando leí en una revista relevante que las actrices eróticas son buscadas para películas de sexo en Eronite, solicité mi primer casting erótico.
Mi primer casting pornográfico quería estar preparado
Pronto recibí una respuesta a mi solicitud por correo electrónico, en la que se me daba una fecha y un lugar para mi primer casting erótico. De alguna manera me fascinaba la idea de mostrar mi atractivo sexual concentrado a otras personas, por supuesto principalmente hombres, y ponerlos realmente cachondos. La cita se acercaba y fui a la peluquería y, por supuesto, me afeité el mons pubis.
Me gusta cuando soy tan suave, porque entonces siento todo mucho más intensamente. Como ropa elegí una blusa ajustada, en la que mis pechos gordos realmente sobresalían, y un vestido negro con una sofisticada abertura, a través de la cual mis largas piernas se muestran ventajosas. Así que finalmente me dispuse a experimentar mi primer casting erótico.
Ya mi primer casting erótico me trajo un contrato
Era un pequeño estudio al que fui invitado. En el centro de la habitación había una cama doble, que estaba sensualmente iluminada y rodeada por un total de tres cámaras. Así que así es como debería ser disparado, desde tres ángulos diferentes. Estaba nerviosa. Después de un breve saludo y de rellenar un formulario con notas de protección de datos comenzó mi primer casting erótico. Poco a poco me quité la ropa ya delante de la cámara y finalmente me quedé desnudo en la habitación, cuando entró un tipo musculoso, desnudo y muy bien construido, también debajo.
Con su naturalidad me quitó inmediatamente toda la vergüenza y me sedujo con tiernos besos y caricias por todo el cuerpo al sexo intensivo. Pronto olvidé que me estaban filmando y me entregué al tipo, por supuesto no sin estropear su gordo apropiadamente. Al final los dos llegamos al orgasmo y el agente estaba encantado con mi talento.
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